¿Cómo distinguimos entre rojeces temporales o permanentes?
El primer paso es diferenciar ante qué problema nos encontramos, bien personalmente o a través de un profesional que nos asesore. La clasificación más común es la siguiente:
- Las rojeces fugaces: salen por el frío, una comida sazonada… Después de unos minutos, se vuelve a la normalidad.
- Las rojeces permanentes: en un brote, los capilares de la cara se dilatan rápidamente y luego vuelven a la normalidad. Con el tiempo, hay veces en las que las rojeces se vuelven permanentes, especialmente en la zona de las mejillas.
- Los vasos dilatados: a raíz de las rojeces permanentes, algunos capilares sanguíneos están más dilatados y otros se ven fácilmente. Este es el caso de los vasos dilatados.
- La rosácea: antes se conocía como ‘acné rosáceo’, ya que salen pústulas como las del acné. Este caso necesita de atención médica.
¿Cómo preparamos a nuestra piel para el frío?
A la piel le afectan mucho los cambios de temperatura. El frío contrae los capilares, por lo que la cantidad de sangre que llega a la superficie es más pequeña. Por ello, en estos casos, la piel se pone más blanca y sin hidratación alguna. Para enfrentarnos al frío es esencial la nutrición, la hidratación también, pero sobre todo podemos ayudar a través de tratamientos estéticos.
La aparición de rojeces, ¿se puede prevenir?
Para prevenir las rojeces que son causadas por los cambios de temperatura es fundamental tener un buen hábito de cuidado de la piel. Debemos tener muy presente el tema de la limpieza, la tonificación, la hidratación y la nutrición. Si nuestra piel está sana y bien nutrida, tolerará mejor los cambios de temperatura. Es muy importante que utilices tratamientos no solo hidratantes, sino también que nutran la piel.
Es esencial tener nuestra piel preparada para el frío, por ello es esencial la limpieza de cutis que mantienen nuestra piel hidratada y limpia en profundidad.
¿Cuál debe ser la rutina de cuidado facial de una persona de piel sensible?
El hábito debe ser el mismo que como en cualquier otro tipo de piel, es decir, limpieza, tonificación, hidratación… Lo único es que el tratamiento debe estar indicado para esta clase de pieles.
Incorporar los tratamientos estéticos calmantes para la piel, ayudan a mantener la piel con un tono natural.
La cosmética puede contribuir a tratar las rojeces. No olvides nunca un limpiador, una crema hidratante y maquillaje corrector para que pasen desapercibidas.
¿Qué soluciones hay?
Los especialistas en dermatología y estética, proponen un tratamiento para eliminar las rojeces permanentes con el láser. En función del tipo de rojeces, se usará un tipo u otro de láser. El láser se encarga de hacer desparacer ese vaso sanguíneo, pero sí pueden dilatarse otros nuevos, por lo que habrá que estar pendiente.
Para las rojeces que solo aparecen por el cambio de temperatura en invierno, las soluciones son los tratamientos estéticos: limpieza de cutis, hidratación facial, peeling facial y cosmética profesional.
En Naturbell te haremos una valoración personalizada para saber qué tratamiento es el idóneo para ti.