La cantidad ideal es de dos o tres raciones por semana. No obstante, quienes lleven una alimentación mayoritariamente vegetariana pueden aumentar la cantidad semanal.
Afirmaciones como “no tengo tiempo a cocinar”, “las legumbres engordan”, “en verano no me apetece cocido”, hace que en nuestra dieta diaria por falta de hábitos y costumbres las legumbres cada vez se usen menos.
Hay que defender firmemente las legumbres y hay muchos motivos por las cuales deberías comerlas.
Son fuentes de hidratos, el nutriente básico en la alimentación humana y principal fuente de energía del organismo. También, tienen alto valor proteico y constituyen el alimento de origen vegetal con mayor contenido de proteínas, incluso la soja, tiene una proteína de calidad muy semejante a la carne.
- Alto contenido en fibra que resulta beneficioso para el funcionamiento intestinal, para reducir el colesterol en sangre y favorecer el control de la glucemia, ya que su fibra exige masticación y retrasa la digestión, permitiendo que el apetito se mantenga a raya por más tiempo.
- Son fuente de hierro, especialmente las lentejas y garbanzos, un mineral esencial en la dieta de cualquier individuo y sobre todo, entre los deportistas. Son fuente de vitaminas del complejo B que colaboran con el adecuado funcionamiento del sistema nervioso central. También encontramos, calcio, fósforo, magnesio, yodo y potasio.
- Tienen bajo índice glucémico, es decir, elevan la glucosa lentamente en el organismo, pudiendo ser una buena alternativa para ingerir en preparaciones antes del entrenamiento.
- Regulan el sistema nervioso y previenen estados de ansiedad y estrés.
- Evitan la retención de líquidos.
- Son de bajo costo económico y gran valor nutricional por lo que resultan ideales para una dieta sana adecuada al bolsillo del consumidor.