Durante los primeros quince días lo más beneficioso es llevar a cabo un menú depurativo, que persigue regular el organismo, limpiarlo y prepararlo para alcanzar nuestra meta.
Para ello, hay una serie de alimentos que nos pueden ayudar:
- Las infusiones (té verde, rooibos…) ideales para el desayuno y también en la merienda. Muy diuréticas.
- Los productos integrales (muesli, copos de avena, pan integral…) de fácil metabolismo y regulan nuestro tránsito intestinal.
- Los podemos utilizar junto con las infusiones para completar los desayunos.
- Los zumos de frutas naturales, la fruta de temporada (piña, pera) y las compotas y frutas asadas.
- Caldos y cremas de verduras, así como las verduras combinadas con pasta, arroz o legumbres para las comidas.
- Especialmente la borraja, acelgas, alcachofas, apio, achicoria, puerros, espárragos…Si además las aderezamos con determinadas especias, su poder depurativo se maximiza (comino, hinojo…). En las cenas podemos utilizar ensaladas, revueltos o tortillas y sopas.
- De las carnes y pescado, utilizaremos los menos grasos y con un método de cocción ligero (chipirones encebollados, pollo con calabacín, lubina asada al tomillo, trucha a la naranja, papillote de merluza y verduras).
- Además, algunos complementos dietéticos que nos pueden ayudar en la tarea depurativa son: la cola de caballo, diente de león, y té verde para la función diurética, y el extracto de alcachofa para la digestiva.
¡Pero cuidado! Para que el efecto depurativo se transforme en una pérdida de peso debemos continuar cuidando nuestra alimentación en las siguientes semanas.
Los alimentos saciantes nos permiten aguantar más horas sin tener sensación de hambre. La presencia de proteínas, agua y fibra provoca mayor sensación de saciedad porque retarda el vaciado gástrico. Algunos ejemplos para las medias mañanas y meriendas son:
- Pan integral con champiñones o setas, jamón y tortilla, jamón york y piña, vegetales.
- Macedonias de frutas bien con yogur o bien gelatinizadas con agar-agar.
- Por otro lado, es importante que no sucumbamos a la tentación del dulce. Lo que debemos hacer para disfrutar del dulzor, sin que sea necesario añadir azúcar, es aportar ese sabor a los platos del menú y así “engañar” nuestro cerebro.
El uso de especias como la canela, la nuez moscada, el cardamomo, el anís, el clavo y la vainilla, en platos de arroz, pollo incluso pescado como mero dan un sabor delicioso. Las hortalizas de raíz (zanahoria y chirivía) y redondas (remolacha, cebolla) confieren un sabor dulce a los guisos. Las frutas desecadas en distintos platos de cordero, conejo, arroces o ensaladas le dan el contrapunto dulce que reduce la tentación de terminar la comida con un postre dulce.
Siguiendo una dieta saludable, con la combinación de ejercicio, además de llevar a cabo sesiones de nuestros tratamientos reductores como la presoterapia, cavitación, criolipolisis, podrás conseguir antes ese cuerpo perfecto y sano para abordar el verano.
Tras estos consejos, solo cabe decir. 3, 2, 1….A POR LA OPERACIÓN BIKINI!!!