Tanto los hombres como las mujeres tenemos lunares por todo el cuerpo, de cuarenta en adelante. Aunque hay muchos que creen que son manchas oscuras y redondas, lo cierto es que pueden tener tamaños y formas muy diferentes.
Puedes encontrarte lunares en cualquier sitio de tu piel, agrupados o aislados. Suelen ser marrones ya que este es el color de la melanina, el pigmento que los produce.
A medida que pasa el tiempo, pueden quedarse igual o aumentar de tamaño, disminuir la intensidad de su color o crecerle pelos en la superficie. El ciclo vital tipo de cualquier lunar es de 50 años. Una vez transcurridos, lo normal es que terminen desapareciendo poco a poco.
Es normal que se oscurezcan después de haber estado expuestos al sol. También es habitual que durante la adolescencia y el periodo de gestación de la mujer, aparezcan más, crezca su diámetro o aumente la intensidad de su tono.
Los lunares que tiene un mayor peligro de terminar convirtiéndose en melanomas son los displásicos o atípicos, es decir, aquellos que se salen de lo habitual. Suelen ser planos, tener un tamaño mayor de lo habitual y bordes desiguales. El color también puede variar desde el tono rosado al marrón oscuro. Si tienes uno o varios lunares con estas características, debes ir al dermatólogo anualmente para que controle cualquier cambio que incite a pensar que se está transformando en cancerígeno.
Independientemente de ello, es más que recomendable que puedas detectar cuáles son las señales que deberían alarmarte. Te aconsejamos que memorices la regla del ABCDE, es decir:
- A de Asimétrico: Si la mitad del lunar no es igual a la otra.
- B de Bordes: Si tu lunar no tiene una forma regular y los bordes se desdibujan o parecen rasgados.
- C de Color: Los melanomas iniciales suelen tener dos o más colores, negro, marrón y/o rojizo.
- D de Diámetro: Si tiene más de 6 mm de diámetro.
- E de Evolución: Si cambia de aspecto, color, forma o tamaño a lo largo del tiempo.
Si tienes una o más señales de alerta, no te lo pienses, acude a un especialista que controle la evolución de tus lunares. Ya sabes, como decía mi abuela, más vale prevenir que curar…