Cuando esto ocurre de manera natural, se suele notar a partir de los 40 años, con la aparición de pequeñas arrugas que paulatinamente se irán haciendo cada vez más evidentes. Esto pasa por una reducción hormonal que implica a las células de la piel, así como a la elaboración de colágeno y elastina.
Sin embargo, hay una clase de envejecimiento que puede prevenirse y reducirse con mayor efectividad. Es aquel que se da de manera prematura como consecuencia de llevar malos hábitos y otro tipo de circunstancias externas que perjudican a la piel.
Debes de saber que todos y cada uno de nosotros estamos expuestos de una u otra manera a sufrir este deterioro prematuro en la piel.
Para que el riesgo sea menor, vale la pena seguir algunos de estos consejos e intentar llevar un estilo de vida más saludable.
Dormir bien
Mientras que se duerme, nuestro cuerpo segrega diferentes sustancias que estimulan la regeneración celular para conservar la piel más joven. Si no duermes, estarás entorpeciendo esta actividad y lo podrás notar en tu piel a medio o largo plazo.
Dormir es fundamental y lo ideal es hacerlo unas 7 horas (y si se puede más, mejor) al día, seguidas. Esto le permitirá a nuestro cuerpo recomponerse de manera adecuada, y habrá un menor riesgo de desarrollar signos antiestéticos como las ojeras y las bolsas.
Un tipo de alimentación equilibrada
La piel es el órgano más largo de nuestro cuerpo, por lo que necesita de un tipo de nutrición que nos aporte salud.
Con una buena alimentación conseguimos compuestos antioxidantes, vitaminas, minerales y otros nutrientes que colaboran en su renovación y que previenen el daño oxidativo producido por los radicales libres del ambiente. Así, debemos intentar tomar alimentos, siempre de una forma equilibrada, como: frutas, verduras, legumbres, ácidos grasos omega 3 y frutos secos.
Resguardarse del sol
Una de las causas más importantes del envejecimiento prematuro de la piel son los rayos UV del sol.
Muchas veces no podemos protegernos de él, así que lo ideal es llevar siempre un protector solar y si hace falta un sombrero y gafas de sol.
Muchas veces no nos damos cuenta y seguimos cometiendo tonterías, pero los daños que produce el sol se suelen ver con el tiempo.
Hacer ejercicio
Además de ser buenísimo para estar en forma, el ejercicio también ayuda a la regeneración de la piel y contribuye a conservarla en magníficas condiciones durante más tiempo.
Con el ejercicio, nuestro cuerpo elimina distintas sustancias tóxicas que perjudican a nuestra salud y que influyen en el desarrollo de un envejecimiento precoz.
A todo ello, hay que añadir que el ejercicio físico evita la flacidez, que es otro de los factores que favorece la aparición de arrugas.
No es bueno fumar
Está visto que todos los que fuman envejecen más rápido que aquellos que llevan un estilo de vida más saludable.
Los tóxicos del cigarro son asimilados por diferentes órganos purificadores de nuestro cuerpo y van a parar a la sangre, perjudicando a las células de nuestro cuerpo.
Todo ello provoca una piel más arrugada y con manchas.
Cuidados estéticos
Además de todo lo dicho anteriormente, es bueno hacerse con frecuencia diferentes tratamientos de belleza que mejoren los resultados de las recomendaciones anteriores para conseguir una piel libre de impurezas e imperfecciones.
Existen productos de uso externo que nutren la piel y estimulan la reparación celular para reducir y evitar las arrugas y manchas.
Son productos que sirven para eliminar las células muertas, tonificar y dar una hidratación profunda para mantener la firmeza de la piel.
Como dice el refrán más vale prevenir que curar, ya que es más fácil prevenir los signos del envejecimiento que luego reducirlos. Por ello, no esperes a que aparezcan y ponte ya manos a la obra.